La pandemia silenciosa

 

Es una pandemia que erosiona el patrimonio de cada ser humano sin que se dé cuenta el grueso de la población.


Apenas se vislumbra la salida de la pandemia que provocó una sacudida a los cimientos de la población mundial, dejando a su paso muertes, pérdidas monetarias, inseguridad, desabasto y una profunda crisis social, y, por si fuera poco, ya nos encontramos enfrentando una pandemia que no alcanzamos a percibir a plenitud. Es una pandemia que erosiona el patrimonio de cada ser humano sin que se dé cuenta el grueso de la población. Va creciendo en forma paulatina, día con día y poco podemos hacer los mortales comunes para detenerla.

Curiosamente es consecuencia de la pandemia anterior y de otros indicadores económicos rezagados, además de la guerra de Ucrania. Esta pandemia es provocada por un desequilibrio entre la oferta y la demanda de bienes y servicios. En específico, se produce cuando la primera es superada por la segunda y, parafraseando al conocido Sr. Scrooge, aparece el fantasma de la navidad presente y futura: inflación.

¿Por qué tanto escándalo por este término al que ya estamos acostumbrados?

En México hemos visto en los años 80s inflaciones de más de 150% y hemos sobrevivido. Lo que pasa es que en esos años no existía la globalización actual ni estábamos inmersos en un tratado de libre comercio con Norteamérica.

En la situación actual de competencia por los mercados, nuestro país se iría a la quiebra al no poder vender sus productos en los mercados internacionales. Además, en esos años la crisis inflacionaria estaba focalizada sólo en México. En el contexto actual es un mal general que no puede ser controlado con la simple recetita de los bancos centrales: aumento la tasa referencial y contengo la demanda al encarecer el costo del crédito.

La inflación no es producida en este caso por exceso de demanda, sino por falta de oferta. Durante la crisis sanitaria del COVID, las restricciones  sanitarias provocaron desabasto en una gran cantidad de bienes. Esta situación se ha recrudecido durante la guerra en Ucrania ya que ésta tuvo que suspender la producción para enfocarse a defender su territorio de la injusta invasión rusa.

Recordemos que este país es conocido como “el granero de Europa” ya que tiene la fortuna de contar con la proporción de terreno cultivable más alta del mundo: 59%. Eso le permite producir trigo y maíz para inundar a sus vecinos europeos. También cuenta con reservas probadas de diversos minerales como el manganeso, el hierro, titanio, uranio, mercurio y carbón, que lo ubican entre los primeros lugares a nivel mundial en la producción de estos commodities. Pues bien, esto es historia y la producción se ha estancado.

Por otra parte, la comunidad internacional ha decretado sanciones contra el país agresor que le impiden exportar su bien más importante, los energéticos: el petróleo y gas, creando un desabasto de estos productos en Europa.

La tormenta perfecta. No hay suficientes bienes insumos para la producción y ante la demanda, el precio se eleva sin control. El pronóstico a nivel mundial para 2022 es de 7.4%, aunque los principales motores de consumo: EE.UU. y Europa presentan cifras alarmantes, 8.3% y 10%, respectivamente. Si los bancos centrales elevan su tasa en forma discriminada, tendrán el efecto de disminución de consumo y esto conlleva a un efecto aún más pernicioso: estanflación. Es decir, empobrecimiento de la población al no crecer la economía y no poder adquirir los bienes y servicios indispensables por los altos precios y no tener acceso al crédito por su elevado costo.

Como decía el Chapulín Colorado: ¿Quién podrá defendernos?

*Analista financiero

@RoPatinoP