Cero de la izquierda

Cero de la izquierda
Cero de la izquierda 

En la actualidad también es diputado por la vía plurinominal y en este año logró de nuevo una senaudría. Su trabajo es la operación a su favor.Al interior de Morena, Gerardo Fernández Noroña es visto como un pedigüeño y entendió que hay militancia de primera y de “cuarta”.


Dobleces | 

Por Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Cero de la izquierda


La voz crítica de Gerardo Fernández Noroña, es un grito solitario y sin resonancia. Lo peor para él es que en ninguno de los dos partidos donde tiene “espacio” lo respetan. Sus acusaciones contra Morena de ser un partido sectario no le da cabida, y en el PT, el eterno dirigente Alberto Anaya tampoco respalda sus expresiones.

Noroña es un cero de la izquierda. Por ingenuidad, Fernández Noroña jugó a la corcholata por un partido que en 20 años no ha vuelto a tener un abanderado presidencial. Ni lo promoverá mientras sea un satélite del partido en el poder.

Aunque en política, la ingenuidad es hermana de la sumisión a la élite del poder. Alberto Anaya dejó solo a Noroña después de la lección aprendida con el fallido y explosivo candidato al gobierno de Coahuila, Ricardo Mejía Berdeja.

El impulsar a un candidato disidente de Morena, le costó un ultimátum a AlbertoAnaya. Y es que era perder protagonismo en una contienda estatal o quedar fuera de la alianza de 2024. Anaya Gutiérrez se decantó por seguir como el partido genuflexo a las decisiones obradoristas.

La inconformidad de Fernández Noroña con la decisión de Morena de no entregarle la coordinación de los senadores en la próxima legislatura, como le correspondía —según él— por alcanzar el tercer lugar de la encuesta para la candidatura presidencial detonó su “orfandad” política, Noroña reprochó al presidente Andrés Manuel López Obrador, de “desdecir de su responsabilidad y de su palabra”, y de promover el “sectarismo”.

Esas acusaciones contra el dirigente fundador de Morena lo dejaron solo. Por el momento, no hay cabida para la disidencia en el movimiento político en el poder y el Presidente es el único que tiene potestad sobre la frase: “mi pecho no es bodega”. Noroña solo pateó un avispero sin sentido y su petición de conocer la oficina del Presidente pasa de la inocencia a la burla.

A Alberto Anaya no le interesan los gritoneos de Noroña. Ni lo secunda en ser atendida su causa. Es histórica su forma de operar.

A Noroña le dejó un espacio político para interactuar como es la representación en el INE. Mientras pelea con Guadalupe Acosta Naranjo y exhibe sus contradicciones, el histórico dirigente petista sumó a su carrera otro escaño. Tres veces diputado federal (1994-1997, 2000-2003 y 2012-2015) y dos veces senador de la República (1997-2000 y 2006-2012), en todas las ocasiones por la vía plurinominal.

En la actualidad también es diputado por la vía plurinominal y en este año logró de nuevo una senaudría. Su trabajo es la operación a su favor.Al interior de Morena, Gerardo Fernández Noroña es visto como un pedigüeño y entendió que hay militancia de primera y de “cuarta”.

En el PT sus gritos son abandonados. Su historia política siempre lo pone en su lugar. Cuando fue perredista acusó desdén al no ser dirigente del partido, ahora no le alcanzó su reverencia para tener un lugar protagónico en la segunda parte de la cuatroté.

RGH